Los testamentos


Margaret Atwood
Fotografía: Leonardo Cendamo / Getty images


El régimen dictatorial de Gilead regresa a nuestras vidas con la secuela de El cuento de la criada. Éramos muchos los que esperábamos ansiosos la publicación de Los testamentos, ¿pero era realmente necesaria?

Margaret Atwood reflexiona al respecto. Tras el éxito de la primera obra, la autora no podía recrear la voz de la protagonista. En una entrevista realizada durante la promoción de Los testamentos indicó que "hubiera sido una locura". No obstante, al darse cuenta de que la sociedad estaba "regresando a Gilead", pensó que la historia debía seguir. Además, no por ello tenía que prescindir de otras voces que pudieran contarla. En este sentido, Margaret Atwood tira del hilo sirviéndose de Tía Lydia. 

"Queridos lectores y lectoras: vuestras preguntas sobre Gilead y su funcionamiento interno han sido la fuente de inspiración de este libro. ¡Bueno, casi todo! La otra es el mundo en el que vivimos"


Quince años después de los acontecimientos narrados en El cuento de la criada, el régimen teocrático de la República de Gilead se mantiene en pie, pero está empezando a mostrar signos de descomposición. En este momento crucial, las vidas de tres mujeres radicalmente diferentes convergen, con resultados explosivos. Dos de ellas han crecido en lados opuestos de la frontera: una en Gilead, como la hija privilegiada de un importante Comandante, y otra en Canadá, donde se manifiesta en contra del régimen mientras sigue por televisión las noticias de los horrores que allí acontecen. 

Margaret Atwood se sirve de tres voces narrativas distintas: todas femeninas. En primer lugar, tenemos a Tía Lydia, quien escribe en su diario desde Casa Ardua en Gilead. La segunda voz es la de Agnes, nacida en la misma ciudad; y, por último, tenemos a Daisy, quien reside en Canadá. Por supuesto, cada una nos muestra su visión particular, y la historia avanza siempre junto a ellas, desde el principio hasta el final. 
 
Al iniciar la lectura vemos que Tía Lydia actúa de una forma un tanto extraña. Parece estar en todo momento entre el bien y el mal, en una línea gris que no se oscurecerá o aclarará hasta el final. Su diario se alterna con los testimonios de Agnes y Daisy, mucho más inmaduras que la verdadera protagonista. Agnes, como todas las hijas del régimen, está obligada a casarse pronto con alguno de los elegidos, y Daisy tiene que huir tras un doloroso acontecimiento.

En esta ocasión, las criadas son una sombra, un elemento más de la estructura del régimen, pues la autora da por hecho que el lector conoce bien la voz de Defred. Atwood nos muestra su mundo más allá de la frontera, toma distancia y nos ubica, dándonos una perspectiva mucho más amplia de su distopía, desentrañando el funcionamiento interno y externo de Gilead

No es de extrañar que la autora también nos sumerja en diversos pasajes de la Biblia en los que la mujer tiene un papel especial. Se sirve así de una herramienta real para conectar la historia con la realidad actual, además de transmitir distintos mensajes entre diálogos y acciones que son dinamita para cualquiera. 

La historia te podrá gustar más o menos, hasta puedes pensar que hay un Deus ex machina de por medio, pero lo importante no es eso. Atwood nos invita de nuevo a reflexionar sobre lo que ocurre y puede ocurrir en nuestro universo. Cabe dedicarle un poco de tiempo.

Roser Ribas, 2019.

 
















 Título original: The testaments
ISBN: 978-84-9838-949-4
Número de páginas: 512
Tipo de edición: Rústica con solapas
Editorial: Salamandra 
Sello editorial: Narrativa
Colección: Narrativa
PVP: 21,00 €













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