Tiempo desarticulado


Philip K. Dick
Fotografía: Xataka

Hoy me adentro de nuevo en las locuras del admirable Philip K. Dick. En esta ocasión, se trata de Tiempo desarticulado, publicada en 1959. Una obra maestra de la que se han alimentado posteriormente en la literatura y en el cine, creando mundos distópicos que guardan sospechosamente conexiones muy diversas y, a su vez, idénticas. 

Minotauro incluye al fin en su catálogo una de las novelas más importantes de la primera época de Philip K. Dick y en la que se inspiró El show de Truman. Ragle Gumm es un hombre corriente con una vida corriente. Pero tiene una manera de ganarse la vida de lo más singular: cada día participa en el concurso diario del periódico local «¿Dónde estará la próxima vez el hombrecito verde?», y siempre gana. Ha ganado durante los tres últimos años, sin excepción. Sin embargo, esta idílica existencia cambiará de manera drástica cuando Ragle Gumm sienta la inquietud de salir del pueblo, cosa que no ha hecho nunca, y se dé cuenta de que una autoridad desconocida se lo impide. 

¿No es El show de Truman una obra singular? Quizá sea, incluso, uno de los mejores guiones de los años 90. Pero cuando uno se sienta en el sofá frente a la pantalla y disfruta del film hasta el último instante, desconoce el porqué de la dicha. No es una obra nacida de la nada creativa del escritor cinematográfico. No. Es un resultado manipulado que nace gracias a una construcción narrativa elaborada por uno de los grandes maestros de la ciencia ficción. No te desanimes, no estoy desentrañando la historia que nos ocupa. No obstante, como se menciona en la sinopsis, sí guarda una relación que no se puede cuestionar, pues el mundo ficticio en el que caminan ambos protagonistas, ha sido creado para ellos, con una finalidad determinada. 

En cuanto a la obra literaria publicada en España por Minotauro, despojémonos primero de lo negativo. En mi opinión, es necesario mencionar la pésima traducción. En este sentido, cabe ponerte en preaviso. Puedes toparte con frases mal construidas y faltas de ortografía. Ten en cuenta que no vas a disfrutar a través de la calidad del estilo. Quizá no sea para tanto, pero es que una ya se fija demasiado. Dicho esto, ya podemos proseguir con lo demás. 

A diferencia de la gran mayoría de obras, lo mejor se encuentra en el punto intermedio. Todo genio tiene su punto débil. En el caso de Philip K. Dick sabemos que se trata, en definitiva, de su creatividad descontrolada. No creo que esta obra tenga una estructura literaria definida de forma correcta. En mi opinión, se desarrolló por impulsos, y esto se nota tanto al principio como al final, pero aun así, funciona. Te obliga a permanecer vinculado hasta descubrir su desenlace, hasta que logras obtener la respuesta a la pregunta formulada. ¿Por qué y para qué han construido un mundo para Ragle Gumm? No lo sabrás hasta el final. Y como la historia avanza con celeridad y los personajes son todos tan atractivos, la lectura no se detiene por falta de interés. Asimismo, es un mundo tan raro, tan sórdido, tan simbólico, que al fin y al cabo la conclusión te da igual, y quieres que no acabe nunca, desearías formar parte de ese universo tan alejado. 

Me es difícil comentar esta novela sin desentrañar parte de la misma. Creo que es una obra cuya lectura debería ser obligatoria y, sin embargo, no forma parte de las grandes de la literatura. Es como un argumento universal, la semilla de los libros y los films que le suceden en un tiempo ya desarticulado. 

Roser Ribas, 2019.


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