El infierno de los jemeres rojos


Denise Affonço

Asia es mi continente favorito. Siendo más concreta, adoro el sudeste asiático. No conozco todos los países que componen esta maravilla, pero sí los suficientes para poder ser objetiva. Recientemente, me he desplazado a Camboya, un territorio que, siendo pacífico, ha sufrido una de las peores barbaries de la historia: el régimen de los Jemeres Rojos. 

Hoy os invito a que profundicéis en la historia de Camboya y os leáis con atención el testimonio de una superviviente: El infierno de los jemeres rojos, de Denise Affonço. 

El 17 de abril de 1975 los jemeres rojos tomaron el control de la capital y evacuaron la ciudad, trasladando a los camboyanos al campo. Pobres y ricos tuvieron que abandonar su hogar y pertenencias sin saber de antemano que lo que les esperaba tras el infierno de la guerra era un infierno todavía peor, donde morirían por inanición, a golpe de hachazo o, simplemente, torturados. Sin recibir ninguna ayuda internacional, los gritos desesperados fueron silenciados y dos millones de camboyanos perdieron la vida.

Denise es una de las supervivientes. Estuvo trabajando en diversos campos hasta 1979, cuando los vietnamitas consiguieron derribar el régimen. Denise cuenta todas las atrocidades de este despropósito inspirado en el movimiento maoísta. Mientras construían sus propias chozas, los camboyanos, tanto niños como adultos, trabajaban principalmente en los arrozales, de sol a sol, comiendo una sopa de arroz al día. Si les pillaban robando algo con lo que poder alimentarse, los torturaban o los mataban. Bajo los efectos físicos de la malaria o el edema, Denise tuvo que reunir fuerzas como tantos otros. Su hija murió de inanición a la edad de 8 años. A su marido lo asesinaron. Entre otras barbaridades, los jemeres rojos obligaban a las víctimas a fabricar abono humano, a confesar crímenes que no habían llevado a cabo o a instalar minas que más tarde matarían a sus allegados. 

Si queréis complementar la lectura con lo audiovisual os recomiendo dos películas. En primer lugar, Se lo llevaron: Recuerdos de una niña de Camboya, dirigida por Angelina Jolie. 


Y en segundo lugar, una que supongo que ya conoceréis, Los gritos del silencio, dirigida por Roland Joffé. 


Lo que me abruma y me asombra del sudeste asiático es su gente, su capacidad de supervivencia y, sobre todo, su sonrisa y humildad. Me gusta aprender de ellos y me gustaría que occidente aplicara sus cualidades, las más útiles y positivas, porque nos hace mucha falta, exceptuando las dictaduras.

En esta entrada reúno lo que más me gusta: la literatura, el cine y los viajes, por lo que por último os dejo un enlace a un vídeo que he editado con las pocas grabaciones que hice, en su mayoría ocultas. Aunque sea un tanto pausado por la escasez de material, espero que os guste:


Roser Ribas, 2019.



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